11-23 EL RIESGO EN LA DIRECCIÓN

INTRODUCCION

En la cara opuesta al miedo está el riesgo, que se refiere a la probabilidad de que ocurra un evento desfavorable o negativo. El riesgo puede ser un concepto subjetivo y relativo, ya que lo que puede considerarse un riesgo para una persona puede no serlo para otra. Además, el riesgo puede variar según el contexto y las circunstancias.

La evaluación del riesgo implica la identificación de los posibles peligros y la determinación de la probabilidad de que ocurran. Esto permite tomar medidas preventivas y mitigar el riesgo. Un factor que puede estar asociado al riesgo es el miedo que se tenga para tomar determinadas decisiones.

La forma en que manejamos el riesgo puede afectar nuestro bienestar y calidad de vida. Algunas personas tienen una tolerancia al riesgo más alta que otras, que prefieren minimizar el riesgo tanto como sea posible, incluso si eso significa renunciar a ciertas oportunidades. Tal vez por el miedo a los dogmas que prevalecen, por ejemplo con la línea política establecida.

Para mostrar una situación de riesgo en el ámbito personal narremos una anécdota que tuve que vivir en un momento de mi vida, que resultó curiosa e interesante y me sirve para mostrar un tipo de riesgo muy corriente entre las personas.

Roberto tenía 40 años cuando tuvimos la oportunidad de hacer un viaje junto al exterior. Íbamos a impartir un curso cada uno en su materia y realmente nos conocimos mejor a partir de que nos montamos en el avión.

El vuelo duraba 17 horas en el tipo de nave en la que viajábamos, tiempo más que suficiente para interactuar y conocernos más.

En la primera parte de la travesía hablamos de lo divino y lo sublime. Como se sabe, toda persona habla y destaca en un primer contacto todo aquello que le es de mayor interés. Como a mí me gusta realizar un “escucha activa” él se encontraba motivado a contarme, más aún cuando en la narración había algo de interés para mi yo lo inducía a que hablara y profundizara más sobre ese tema.

Después de 9 horas volando aterrizamos para hacer una escala técnica para el reabastecimiento la nave y nos bajamos del avión para ir directo al baño porque todavía nos faltaban 7 horas de vuelo.

Ya de nuevo en la nave, después del despegue, decidimos descansar un poco y mi amigo durmió unas tres horas, yo, que duermo poco y no sé dormir en aviones, dormité algo para descansar la vista y la mente.

Sobre las 3:30 de la madrugada, mi amigo da como un salto en el asiento y dice algo que no logro entender. Ante la sorpresa del brinco lo despierto y le pregunto ¿qué te pasa Roberto?

El haberlo despertado de manera  imprevista y plantearle una pregunta de manera directa dejó a mi amigo medio atontado al principio y después me dijo: “estaba, estaba, soñando y parece tuve una pesadilla”.

Quedó entre nosotros una brecha de silencio de unos 15 minutos, donde al parecer trataba de despertarse o meditaba sobre su pesadilla. Transcurrido ese tiempo se volteó hacia mí y me confesó lo siguiente:

¿Sabes lo que pasa? Que en estos momentos yo estoy bajo los efectos de un tremendo trauma amoroso. Siguiendo mis buenos consejos de practicar la buena escucha, fruncí el ceño y le dije: ¿Sí? ¿Pero, qué te sucedió que este sueño te ha dado al parecer una fuerte pesadilla?

Mira, hace años conocí a una mujer divorciada que por su sonrisa me dejó cautivado. Después de un tiempo de ir y venir nos dimos cuenta que, según ella, éramos almas gemelas.

En esos años vivimos la relación más linda que te puedas imaginar, cosa jamás vivida por mí en mis 40 años de edad. Ella es una mujer brillante, dulce, cariñosa, amorosa, con cierto aire de ingenuidad, tierna, pasional. En fin, reúne ciertas condiciones que cautivan a cualquiera. De hecho esos años han servido para construir una relación de pareja única y muy especial.

Entonces le dije, pero venga acá compadre, si todo era tan perfecto, ¿qué fue lo que pasó entre ustedes?

Bien, yo me tuve que ir para el extranjero y al regresar me encontré que ella había decidido unirse de nuevo con su antiguo esposo, el padre de sus hijas” ¿Y qué dice ella? Le pregunté. Que la perdonará, que tal vez fue un error de su parte pero que la soledad de estos tres meses la hizo caer en un vacío donde a lo mejor cometió un error pero, en un final ese hombre fue su primer amor y es el padre de sus hijas.

La separación para mí, me dijo, fue traumática, por eso voy al exterior ahora, a ver si olvido a esa mujer dado que me siento muy mal con su recuerdo, por donde quiera que camino la recuerdo porque he andado con ella por toda la ciudad. Ahora te pregunto amigo mío, ya conoces mi caso, ante estos hechos ¿qué conclusiones tu sacas de esta experiencia y qué pudiera sistematizar de la misma para que no me vuelva ocurrir algo similar?

La verdad que esta pregunta repentina yo no la esperaba y para contestarla tuve que echarle garras a la experiencia de los años que le llevo y responderle de momento con la idea siguiente:

Mira sacar una conclusión por las vivencias de otra persona es muy difícil, yo te podría decir que realmente ella no te amaba pero sería una superficialidad mía. Yo no la conozco a ella, ni sé en el fondo sus pensamientos. Tampoco sé cómo ella interpretaba la relación que tenían y cuál era el sentido real que le daba. Así que mis criterios son desde afuera y para darte una sistematización que pueda ayudarte voy a utilizar un referente.

Hubo un serial que tuve la oportunidad de ver y en el mismo una psicóloga entrevista a un espía y le dice en un momento dado: “Alberto, recuerda que el exceso de entusiasmo es un problema a la hora de enfrentar las desilusiones”.

Creo eso fue lo que te pasó, te entusiasmaste mucho y no tuviste en cuenta el posible riesgo de un desenlace de este tipo. Es decir, no supiste identificar el posible riesgo y el peligro que entrañaba ante cualquier contingencia en ese escenario o en el escenario de esa relación. Es decir, el exceso de entusiasmo sin considerar el riesgo te ha llevado ahora a un trauma algo difícil de quitarte.

¿Qué sucede? Que a ella se le dio una contingencia que tú no tenías en tu esquema mental por la fe que tenías en ella, tú creíste en sus virtudes ciegamente, confiaste en exceso en sus ideas, en sus promesas, en todo lo que sucedía entre ustedes. Obviamente, la adorabas y la venerabas como una diosa.

Pero, amigo mío, las diosas son celestes, no hay diosas terrenales y ella es terrenal, por tanto sus ideas fluctúan con las contingencias y por ello siempre es necesario evaluar un por ciento de probabilidad para errores, un por ciento que te considere el posible riesgo, porque el riesgo nunca es cero y tener como reserva identificado un posible riesgo siempre ayuda a evitar un impacto tan fuerte como el que acabas de tener.

Teniendo presente esta variable, podemos decir que el objetivo de este trabajo está asociado a “identificar aquellos factores que suelen estar presentes al considerar el riesgo en los procesos de dirección”.

KEY WORDS: manejo del riesgo, gestión del riesgo, liderazgo, valores, management, decisiones

DESARROLLO

El riesgo.                         

Más allá del drama ocurrido a mi amigo, podemos decir que el riesgo puede ser medido. Por ejemplo, la probabilidad de que ocurra un evento adverso puede ser evaluada mediante el análisis de datos y la estadística. Los profesionales que se especializan en la gestión de riesgos pueden usar esta información para determinar la probabilidad de que ocurra un evento adverso y tomar medidas para minimizarlo.

La forma en que manejamos el riesgo puede afectar nuestro bienestar y calidad de vida. Sin embargo, es importante señalar que no todos los riesgos pueden ser eliminados. Siempre habrá algún nivel de incertidumbre en nuestras vidas. Sin embargo, podemos tomar medidas para minimizar el riesgo y aumentar nuestra capacidad para manejar situaciones inciertas.

El riesgo en la dirección.

La dirección implica una gran cantidad de riesgos y, como tal, es fundamental que los líderes estén preparados para manejarlos de manera efectiva.

En la dirección, el riesgo puede manifestarse de muchas maneras. Por ejemplo, la toma de decisiones estratégicas puede implicar el lanzamiento de nuevos productos o la entrada en nuevos mercados, lo que puede generar riesgos financieros significativos. Los cambios en la regulación gubernamental, las condiciones económicas y la competencia pueden aumentar el riesgo y generar incertidumbre.

Además, el riesgo puede ser interno o externo a la empresa. Los riesgos internos pueden incluir problemas de gestión de recursos humanos, problemas de cumplimiento o problemas de calidad. Los riesgos externos pueden incluir factores como la competencia, los cambios en la tecnología o el entorno político.

Es importante tener en cuenta que el manejo de los riesgos es un proceso continuo y que los riesgos pueden cambiar con el tiempo. Por lo tanto, es fundamental que la empresa tenga una cultura de gestión de riesgos sólida y esté preparada para tomar decisiones informadas y oportunas para minimizar los riesgos y maximizar el éxito a largo plazo.

Podemos decir que el mundo de las organizaciones está sometido a constantes riesgos y para lo que hay que tomar medidas que los eviten o al menos que sirvan para minimizar el impacto de sus efectos.

Toda organización como organismo vivo tiene que conocer a qué factores de riesgos está expuesta, ya sea de orden interno como externos con el fin de poder determinar previamente la forma de gestionarlos y tomar a tiempo las acciones consecuentes.

Siempre los riesgos para cualquier organización una vez que ocurren son traumáticos, como le pasó a mi amigo, y esto hace de momento, al igual que le pasó a él, perder la habilidad para la sobrevivencia, mantener una posición fuerte y una imagen pública positiva.

Está ampliamente demostrado que en el día a día, en la práctica cotidiana, es imposible que el riesgo sea cero. El riesgo es algo inherente tanto a la vida personal como a la vida organizacional.

Es por ello que se hace importante el saber determinar cómo identificar los riesgos, cuál es el nivel de ocurrencia que se considera aceptable y cuáles son sus posibles impactos. Teniendo en cuenta estos elementos podemos gestionar los riesgos para mantenerlos dentro de sus límites.

Una buena práctica al considerar los riesgos es asociarlos a un grupo de indicadores para que se pueda determinar el nivel de confianza de cada uno de ellos y así poder estimar la probabilidad de éxito de los mismos.

Trabajar con los riesgos brinda la posibilidad de crear una nueva actitud organizacional, una nueva cultura, que permita conocer donde existen oportunidades derivadas de reservas que aún existen en la organización al reducir o hacer mínimos cualquier resultado adverso.

Trabajar con los riesgos es un poderoso instrumento de dirección y una de las claves que puede hacer realidad el éxito de cualquier entidad.

Una aclaración es vital, que tengamos claro de antemano una cosa, no podemos evaluar los riesgos posibles si previamente no tenemos identificados los objetivos que pretendemos alcanzar o lo que es lo mismo, los resultados que queremos lograr.

Para alcanzar tales resultados es por lo que se hace necesario gestionar los riesgos que pueden conspirar contra dichos resultados. Por tanto, podemos decir que para gestionar los riesgos es condición “sine quoi non” o condición previa a la evaluación de cualquier condición de riesgo que existan definidos con antelación los objetivos o resultados que se pretenden alcanzar.

El manejo de riesgos implica la identificación, evaluación y control de los riesgos que puedan afectar una empresa. A continuación, se presentan algunas estrategias generales para manejar los riesgos:

  • Prevención: Una estrategia clave para manejar los riesgos es la prevención. La prevención implica identificar los riesgos potenciales y tomar medidas para evitar que se materialicen. Por ejemplo, si una empresa identifica el riesgo de robo, podría invertir en sistemas de seguridad para prevenir robos.
  • Transferencia: Otra estrategia para manejar los riesgos es la transferencia. La transferencia implica transferir el riesgo a otra parte, como una aseguradora. Por ejemplo, una empresa puede transferir el riesgo de un incendio a una aseguradora que cubra los daños causados por el incendio.
  • Mitigación: La mitigación implica tomar medidas para reducir el impacto de un riesgo si este llega a materializarse. Por ejemplo, si una empresa identifica el riesgo de un corte de energía, podría instalar un generador de emergencia para minimizar el impacto del corte de energía.
  • Retención: Otra estrategia para manejar los riesgos es la retención. La retención implica aceptar el riesgo y estar preparado para manejarlo en caso de que se materialice. Por ejemplo, una empresa puede decidir retener el riesgo de una caída en las ventas y estar preparada para implementar medidas de reducción de costos en caso de que ocurra.
  • Monitoreo: Es importante monitorear los riesgos continuamente para identificar cambios en el entorno empresarial que puedan afectar los riesgos de la empresa. El monitoreo puede ayudar a la empresa a identificar riesgos emergentes y tomar medidas preventivas antes de que se materialicen.

En resumen, el manejo de riesgos es un proceso continuo que implica identificar, evaluar y controlar los riesgos que puedan afectar una empresa. Es importante que la empresa tenga una cultura de gestión de riesgos sólida y esté preparada para tomar decisiones informadas y oportunas para minimizar los riesgos y maximizar el éxito a largo plazo.

Las decisiones

Una de las consideraciones más importantes en la toma de decisiones empresariales es la evaluación de riesgos. Cualquier decisión que tome una empresa conlleva cierto grado de riesgo, y los gerentes deben evaluar cuidadosamente estos riesgos antes de tomar una decisión. Si una decisión implica un riesgo significativo, es importante considerar si los beneficios potenciales superan los riesgos. En algunos casos, es posible minimizar los riesgos a través de una gestión cuidadosa.

Los gerentes deben evaluar cuidadosamente los riesgos, buscar retroalimentación y comunicar claramente sus decisiones. Además, pueden utilizar herramientas y técnicas de análisis de datos para tomar decisiones informadas y precisas. Al tomar decisiones efectivas, las empresas pueden mejorar su rendimiento y garantizar un futuro exitoso.

CONCLUSIONES

  • En el mundo empresarial, el riesgo es una realidad constante.
  • Los líderes empresariales a menudo se encuentran tomando decisiones que pueden tener un impacto significativo en la rentabilidad, la reputación y el éxito general de la empresa. Por ello tienen que aprender a operar sabiendo manejar  las dos variables vitales: el miedo y el riesgo.
  • La toma de decisiones es una parte importante de la gestión empresarial y puede afectar significativamente el éxito a largo plazo de una empresa.
  • Tenga en cuenta que el exceso de entusiasmo es un problema a la hora de enfrentar las frustraciones.

hashtag: #riesgo #liderazgo #valores #management #decisiones

Deja un comentario