15. BIENESTAR Y VALORES: UNA NECESIDAD DE LOS TIEMPOS ACTUALES. Segunda parte.

Continuación …..

5.- ¿Cómo cambiar para crear una cultura de bienestar?

Es obvio que esto es una situación bien difícil. Resolver esto requiere cambiar la mentalidad y esto no es posible si se tiene la misma mentalidad o los mismos pensamientos con los cuales se crearon las situaciones que requieren ser cambiadas.

Precisamente, para cambiar la mentalidad lo primero que hay que hacer es cuestionar las experiencias. Las experiencias pueden haber respondido a un momento histórico y el momento histórico actual está lejos del momento histórico en que se formaron las experiencias.

Este proceso no es nada fácil porque se ha creado una cultura muy arraigada, donde hoy no se hacen evidentes los errores y por tanto no hay cuestionamientos a las experiencias. Se ha creado una cultura de triunfos y esto distorsiona el detalle de las experiencias. De hecho, justificar detalles sirve como una resistencia natural al cambio y justamente el cambio está en los detalles.

Tal cultura de triunfos ha llevado a buscar resultados a toda costa y a todo costo y con ello se ha marginado, entre otros, la cultura económica, del mejoramiento y de la innovación. Si se considera que los resultados son buenos ¿para qué cambiar? Nadie cambia cuando considera que lo que está haciendo lo está haciendo bien y cuando considera que ello le da una aureola que refleja status y protagonismo.

Pero, esta situación crea otra paradoja, la de la cultura de los resultados pero, a costa de la cultura económica, el mejoramiento y la innovación. Es decir, la paradoja de la cultura de los resultados pero, a costa de la cultura del pensar si se hace lo correcto, correctamente. Y este factor expandido de manera repetida crea “paradigmas”, difíciles de destruir porque está en la forma natural de pensar y sobre todo de actuar. Más cuando el modelo está muy verticalizado y endiosa a los directivos, que son personas tan naturales como cualquier otra.

6.- ¿Cómo avanzar entonces a una cultura de bienestar?

Es obvio que en un análisis crítico de la situación actual, en que es necesario un cambio de mentalidad, hay muchos resultados positivos que se han alcanzado: la cantidad de médicos y maestros que se han logrado es impresionante y los servicios que en estos campos se prestan tanto nacional como internacionalmente; los logros deportivos que se han alcanzado superan a cualquier otro momento; debe señalarse por igual el nivel de conciencia alcanzado desde el punto de vista internacional. Además, bajo la tradicional cultura machista existente es increíble el avance logrado en la incorporación y la participación en la vida social de la mujer y en la lucha contra la homofobia y el racismo. Muchos otros avances se pudieran enumerar, todos ellos muestras de beneficios organizacional e individual.

Sin embargo, el factor principal es que actualmente se requiere de un cambio de mentalidad. Para esto hay que cambiarse de acera y mirar desde la acera del frente y esta nueva mirada dice que los factores de tipo económico han quedado muy relegados. Si se mira la producción y su estructura cabria la pregunta ¿Cuánto y qué se produce?, ¿a qué costo, con qué productividad?, ¿cómo se satisfacen las necesidades de la población?

Es evidente que en este lado de la acera los resultados no son los mejores y al igual muchos otros se pudieran enumerar. Luego para avanzar en el cambio de mentalidad una de las primeras cosas que hay que hacer es tener nuevas miradas, cambiar de acera y pensar qué se está haciendo mal, cómo mejorarlo y cómo pensar en nuevas cosas.

Para esto hay que ser críticos y no conformarse con nada de lo que se está haciendo. Por muy bien que lo vea, seguro está mal, cambie la óptica, póngase en otra posición. No piense desde el poder, piense desde el lado de aquel que tiene que recibir el beneficio de lo que usted hace. En resumen, cambie sus formas de actuar y sea un servidor público.

En ese cambio hay que cambiar la mentalidad burocrática, que se ha arraigado tanto, que llega a deformarse y convertirse en burocratismo. No se puede tratar de regular todo, no se puede tratar de decirle a las personas lo que deben hacer, dígale los resultados que son necesarios alcanzar y déjele el cómo hacerlo, no piense que la responsabilidad es sólo suya, ni tenga miedo que lo cambien por no cumplir las ordenanzas. Es necesario despojarse del poder y ser un poco más humilde.

Se ha dicho que es necesario cambiar pero, cambiar los haceres es igual a cambiar los valores. Si se parte del concepto de que los valores son formas de actuar que son mejor valoradas que su opuesto, se hace evidente que para cambiar la mentalidad hay que cambiar los valores.

Pero, los valores que son considerados mejores a su opuesto son formados porque se tiene la oportunidad de actuar con ellos primero. Si se tiene la oportunidad de poner en práctica cualquier valor, después que la practicó la incorporó a sus estructuras de pensamiento, a sus creencias, las desarrolló en sus formas de actuación.

Por tanto, en la búsqueda de cómo cambiar hacia la mentalidad del bienestar hay que pensar que las personas piensan como viven y no precisamente viven como piensan. De esta forma se logrará cambiar la mentalidad si se cambian las condiciones en correspondencia al cambio que se quiere lograr.

Mientras haya centralización, mientras haya una desmedida burocracia diciendo todo lo que desde el poder se cree se debe hacer pues, obviamente, la mentalidad no cambiará, ya que todo está regulado y ata de manos y mentalmente, frena la creatividad y potencia la pasividad. No es lo mismo vivir la realidad que tratar de interpretar esa realidad y convertirla en disposiciones burocráticas.

No es eliminar la burocracia, ella es necesaria en determinados aspectos, es saber cómo y cuándo es necesaria su instrumentación, saberla instrumentar y dar un margen para ajustarla a la realidad y por tanto cambiando las exigencias en virtud de los resultados. La situación no es evaluar a la gente, sino los resultados y en virtud de ello ajustar los haceres.

En otro orden de cosas, para avanzar al cambio de mentalidad hay que descentralizar la autoridad y dar autonomía para actuar, para hacer. Mientras que las decisiones estén centralizadas y no se empodere a los niveles inferiores, las personas no asumirán la responsabilidad que necesitan.

Los diferentes niveles de dirección deben dar las orientaciones de lo que se quiere alcanzar pero, no decir el cómo. Hay que empoderar para que cada cual asuma su grado de responsabilidad. El cambio de mentalidad no puede ser una consigna, sino una práctica y para que sea una práctica hay que empoderar, de manera que se pueda hacer y con ello construir la obra que se quiere.

Sin embargo, empoderar, no es abdicar. Hay que orientar y dejar hacer pero, en ese hacer hay que coordinar y supervisar, si es necesario. No obstante, aunque supervisar implica controlar, tal control no puede convertirse en “el control”. Hoy en día el control es más importante que la tarea, eso no es cambiar la mentalidad sino una deformación del control. Hay que cambiar de manera controlada pero, establecer primero el control para después cambiar, así no se cambia. Mientras más se controla más confianza se pierde.

Se puede decir, además, que el cambio de mentalidad no es posible si no se tiene la capacidad para soñar, para visionar el futuro, para imaginarse un futuro de bienestar y buscar sorprenderlo antes de que el futuro nos sorprenda. Para ello la mentalidad tiene que ser abierta y tal cambio de mentalidad sólo servirá cuando la misma se abra y la misma se abrirá cuando se cambien las conductas.

En resumen, cambiar la mentalidad por una mentalidad de bienestar es tomar una decisión, emprender una forma de vida diferente, pensar de una manera diferente. Es, por igual, trabajar por emprendimientos empresariales, científicos, culturales, deportivos, políticos, sociales y hasta espirituales.

Cambiar de mentalidad es trabajar por el bienestar y para ello hay que identificar las oportunidades. Es ir contra las faltas de visión, orientación, confianza, motivaciones, tiempo y creatividad. Es ver los problemas como una oportunidad, visualizar el miedo como un desafío y entender que las barreras sólo existen en la mente.

En fin, cambiar la mentalidad es asumir una filosofía de vida y transformar todo positivamente y para ello hay que estar dispuesto a emprender pero, para emprender uno debe creer y ante todo creer en sí mismo.

7.- ¿Qué son las organizaciones prósperas y sustentables?

Un último tema para debate está en la interrogante planteada, ¿qué son las organizaciones prósperas y sustentables?

Una organización próspera y sostenible podrá alcanzarse a partir de:

  1. Un amplio sentido del deber
  2. Trabajar con eficiencia y eficacia
  3. Participación de los trabajadores
  4. Alta motivación
  5. Ahorro de recursos
  6. Aplicación de la ciencia, la tecnología y la innovación

En esta definición aparece de nuevo el lado importante de la productividad y no queda muy evidenciado el beneficio. Véase la idea siguiente:

El incremento sostenible de la producción y la riqueza es premisa material imprescindible para elevar gradualmente el nivel y calidad de vida, la realización plena del ser humano y sus proyectos individuales, familiares y colectivos, mediante una justa y equitativa distribución de la riqueza, avanzando en la erradicación de desigualdades ilegítimas.

Con estos criterios vuelve a resurgir la idea de la que productividad antecede al beneficio y esto lleva a la disyuntiva: ¿qué es primero el huevo (productividad) o la gallina (beneficio)?

En este sentido es necesario reflexionar que, para que las organizaciones  sean prósperas y sustentables a nivel social, primero que todo tiene que ser próspero y sustentable a nivel individual, a nivel de la persona. A la vez que la persona sea próspera y sustentable organización tenderá a ser próspera y sustentable.

Un debate establecido al respecto en el marco de una reunión entre científicos, a la interrogante de qué es lo primero, si el huevo o la gallina, después de diferentes criterios al parecer el de mayor consenso fue que “es necesario primero engordar a la gallina para que esta pueda dar más huevos”. La conclusión es evidente.

No obstante, otro criterio conclusivo son las palabras de José Martí en el año 1884, en su trabajo “Maestros ambulantes”, ahí expresó:

“Ser bueno es el único modo de ser dichoso”

“Ser culto es el único modo de ser libres”

“Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno”

Estas ideas de Martí llevan a una reflexión, es necesario invertir para la que la gallina sea próspera y produzca más huevos. La gallina no puede ser productiva sólo porque tenga más conciencia y sentido del deber. Luego, en la paradoja de la productividad y los beneficios, es evidente que hace falta invertir en los salarios para que las personas se sientan motivadas y produzcan más.

Es pertinente sólo dar una mirada a los emprendimientos que han tenido éxito para darse cuenta que, aunque con limitaciones pero, sin regulaciones en cuanto a cómo llevar la gestión, las personas están comprometidas a crear, aportar, crecer, ser creativos y atender a la comunidad y a sus familiares, entre otros factores. Además, los que trabajan en estos emprendimientos sienten el beneficio de su trabajo porque el salario les permite desplazarse en otra curva de consumo y son felices.

Finalmente, puede darse una mirada a la llamada emigración económica, que trabaja duro pero, garantiza el beneficio y es reconocida como una comunidad trabajadoras que, además, asegura su beneficio.  Sobre esto hay mucho que pensar para darse cuenta que hay que cambiar la mentalidad.

CONCLUSIÓNES.

Una vez que se llega a este punto, donde se ha leído todo el trabajo, es posible darse cuenta que se tocan muchos aspectos, donde algunos pueden llegar a ser neurálgicos. El tal sentido muchas pudieran ser las conclusiones que se pudieran sacar. A manera de resumen se reflejaran algunas:

  • El mundo actual se caracteriza por una constante crisis que ahoga y desespera, por lo que requiere buscar soluciones y el eje central de dichas soluciones son los valores. Pero, no pueden ser cualesquiera valores, tienen que ser valores sanos y sostenibles.
  • Muchos países no son ajenos a esta situación y en tal sentido tienen que buscar cambiar los valores de las personas que tienen cargos directivos. Es necesario que se reconozca que los valores son el ADN que identifican a las personas, los grupos y las sociedades. Creencias y valores son hermanas siameses y son el soporte de los resultados que se alcancen.
  • Una persona no cambia su conducta si no cambia sus formas de actuar y esto lo necesita para vivir en armonía con su época. Pero, la época actual es de resultados y productividad, por lo que hoy no sólo se mata con armas, sino también con temores y exigencias sobrehumanas.
  • Hay que crear una cultura de bienestar, cosa de la que poco se habla en los libros, y para ello es necesario transitar por el camino de las creencias y valores.
  • Crear una cultura de bienestar requiere de un cambio de mentalidad y un cuestionamiento a las experiencias para modificar la cultura de triunfos creada, que distorsionan las experiencias y atenta contra la cultura económica, de mejoramiento y de innovación.
  • En virtud de modificar los resultados, hay que ser crítico y no pensar desde el poder y para ello hay que cambiar las formas de actuar, los valores. Hay que romper con toda mentalidad burocrática.
  • Para crear una cultura de bienestar hay que tener claro que las personas no viven como piensan, sino que piensan como viven. Luego la cultura de bienestar hay que crearla trabajando y logrando bienestar como resultado. Hay que reconocer la importancia del bienestar y trabajar por alcanzarlo, hay que hablar de esto y tenerlo en cuenta, sólo así se llegará a tener el bienestar que la gente necesita. Hay que soñar y visionar el bienestar pero, un bienestar que sea sostenible y próspero.
  • Cambiar la mentalidad es asumir una filosofía de vida y transformar todo positivamente y para ello hay que estar dispuesto a emprender pero, para emprender uno debe creer y ante todo creer en sí mismo.
  • Para que las organizaciones sean prósperas y sustentables, tienen, ante todo, que ser prósperas y sustentables en lo individual, lo particular. Hoy esa prosperidad hace inminente la revisión de la política salarial de las organizaciones.
  • Es decir, que el cambio está por igual en comprender las reservas estratégicas que existen la gestión y sobre la cual hay que investigar e innovar en virtud del beneficio.
  • Finalmente, pueden considerarse las palabas del expresidente de Uruguay, José Mújica que, en la cumbre del G77, el 15 de julio de 2015 dijo: “Otra humanidad es posible pero, con otros valores” Más adelante expresó: “Si no cambia la cultura, no cambia nada”.
  • Los temas que se han tratado pueden llevar a un debate, sobre todo si se es consciente de que los mismos requieren mayor amplitud. Pero, esto es sólo un trabajo con limitaciones de espacio y se hizo con la idea de provocar la reflexión, de provocar un debate entre los que lean este trabajo y discutan los pro y los contra, así como que analicen estás líneas sobre la base de la realidad que les toca enfrentar en el día a día y de su experiencia personal junto a su equipo directivo.

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